Persiste la desigualdad, aunque más mujeres han accedido a tierra en el país
En Nicaragua, aunque en las últimas décadas más mujeres han accedido a la tierra, ese acceso sigue siendo abismalmente desigual en relación a los hombres. La principal forma que tienen las mujeres de acceder a la tierra es mediante la vía familiar, es decir a través de la herencia, sin embargo, esta práctica sigue desfavoreciéndolas porque aún impera la mentalidad de que la tierra es para los hijos varones. Los hombres que reciben tierra a través de herencia siguen siendo la mayoría.
Lo anterior es parte de los hallazgos de un informe, que reúne evidencias, conclusiones y recomendaciones sobre el acceso de las mujeres a la tierra. Ese informe fue publicado en 2016 producto del trabajo de un grupo de organizaciones miembros de la Estrategia Nacional de Involucramiento (ENI), para el Acceso democrático a la Tierra.
Seis años han transcurrido y el contenido del informe sigue vigente. Cuatro son las principales formas de acceder a la tierra en el país: familia, comunidad, Estado y mercado. “Las mujeres acceden más a la tierra a través de la familia; los hombres lo hacen más por medio de la comunidad, Estado y mercado”, refiere el informe, lo que permite inferir la abismal distancia que aún existe para alcanzar la igualdad.
El texto del documento advierte que “si la herencia se legase de forma igualitaria a hijas e hijos, la desigualdad se reduciría substancialmente, aunque no del todo, porque quedan los otros tres mecanismos de acceso —comunidad, Estado y mercado— que también incurren en desigualdad de género”, por tanto, recomienda que “urge trabajar el tema de la herencia para reducir la desigualdad en el acceso a tierra”.
En la misma vía agrega que “la concentración de tierras se agudiza más cuando estas no son bien aprovechadas por las familias, y no son bien aprovechadas cuando las familias tardan en decidir la herencia, y cuando esta se reparte de manera desigual”.
El informe revela además que las mujeres controlan apenas el 13.3% del total de la superficie. Las propiedades de la mayoría de ellas clasifican en los estratos de tenencia menores de 20 manzanas de tierra.
Por otro lado, también advierte que la pequeña producción es más intensiva que las grandes propiedades, y dado que el 62% de las agricultoras están en el estrato de 0 a 5 manzanas de tierra, se concluye que la mayor producción por manzana está en ese estrato, mayormente por la influencia de las mujeres.
El informe termina recomendando “deconstruir esa institución del heredamiento exclusivo a los varones” un trabajo que habría que hacerlo con las familias y con los organismos e instituciones. Lo anterior implica, trabajar con las mujeres y sus familias, y escucharlas, en lugar de rebatir teorías entrampadas en la idea de la tierra como mercancía separada de los actores sociales.
Algunos factores históricos
En la década de 1980 el Estado aplicó la mayor reforma agraria del país; pero solo el 8% de las beneficiarias individuales y el 11% en modalidad colectiva eran mujeres.
En la década de 1990 se hizo una reforma agraria a favor de personas desmovilizadas de la guerra (miembros de la Resistencia Nicaragüense y del Ejército), y más tarde contempló la titulación de tierras en modalidad mancomunada; pero sólo 7.8% de las tierras tituladas fueron títulos mancomunados.
En el 2010 fue aprobada la ley 717 para crear un fondo para la compra de tierras con equidad para las mujeres rurales; pero 12años después de su promulgación, la ley aún no ha sido aplicada.
Si bien la intención de las reformas agrarias de 1980 y de 1990 era propiciar el acceso igualitario, la institucionalidad estatal y social terminó apoyando la desigualdad. Además, la falta de aplicación de la ley 717 es resultado de la falta de interés y voluntad Estatal para avanzar hacia el acceso igualitario.